Aunque la piel electrónica, mejor conocida como e-skin fue creada para devolver la sensibilidad a pacientes que tienen miembros prostéticos, los científicos también programan adherirla a los robots.
El objetivo a largo plazo es usar la piel electrónica para que las personas con miembros artificiales recuperen el sentido del tacto, gracias a la piel cuyo material está hecho de nano conductores de silicón.
Sin embargo, los investigadores quieren extenderse más allá de los mortales, dándole la piel a máquinas humanoides para que sean capaces de juzgar por sí mismos cómo es la textura de lo que sostienen, cuando manipulan objetos.
Los nano conductores son estructuras increíblemente delgadas, más de 10,000 veces más delgadas que un pelo humano.
Al mismo tiempo, los científicos de la Universidad de Stanford han desarrollado un sensor electrónico que es tan sensible, que puede puede sentir un toque de la luz como una mariposa.
Según el equipo científico, la e-skin le dará la ventaja a los robots de ayudar a hacer incisiones y curar heridas. Además, los doctores podrían usar datos de los sensores, para estar seguros que las vendas no están demasiado ajustadas.