Zara Hartshorn es una niña de 13 años, pero tiene la apariencia de una abuela. Ella padece de una rara enfermedad genética conocida como Lipodistrofia.
La chica de Rotherham, Inglaterra es una de las 2,000 personas en el mundo que sufren esta condición, para la que todavía no hay cura. A la edad de cinco años, empezó a hacerse notar la extraña patología y según narra, la gente la llamaba “mono”.
Cada mañana, Zara levanta la piel de su cara y usa cremas faciales, con la esperanza de aminorar los efectos de la enfermedad, pero sin ningún resultado visible.
Su madre, que tiene la misma condición, confiesa que está enojada con ella misma y lamenta que su hija tenga que lidiar con el síndrome, que en unos pocos años más, le traerá problemas relacionados al envejecimiento.
El sueño de Zara es poder caminar, sin que la gente la observe y volver a sentirse joven, como debería ser a los 13 años.
Data: Rubri Kasik