Ch Russo, un investigador argentino, aprovechó junto a sus asociados las vulnerabilidades del sitio para hacerse con toda la base de datos del popular y controversial sitio de torrents, por lo que los suecos en estos momentos deben estar tapando agujeros. El botín incluye: nombres de usuario, contraseñas encriptadas, direcciones de IP y los emails de los 4 millones de usuarios que tiene el sitio, así como la información de trackers y torrents subidos por cada uno.
Hasta ahora las embestidas contra The Pirate Bay no han logrado cerrarlo porque siempre encuentra forma de revivir. Pero las compañías y asociaciones también se han ocupado de ir tras los propios usuarios, obteniendo su información a través de los proveedores de servicios de Internet. Aunque quédense tranquilos que al parecer la intención de estos chicos no es hacerse ricos vendiendo la base de datos.