Una mujer estadounidense dejó en su testamento, 11 millones de dólares para su mascota, un pequeño chihuahua nombrado Conchita.
El perro ya usa un collar de diamantes, valorado en 10,000 libras esterlinas y tiene un chofer con un cadillac a su disposición, según el diario The Sun de Inglaterra.
Cochita también heredó una casa de siete dormitorios y un fondo fiduciario. Su propietaria, Gail Posner, sufría de cáncer y desorden bipolar.
La difunta Posner dispuso unos 17.5 millones de libras esterlinas a siete ayudantes personales, incluyendo, el guardaespaldas y ama de llaves.
Todos podrán vivir sin pagar alquiler, en la casa de Miami, Florida, en Estados Unidos, mientras cuiden a Conchita, junto a otros dos perros.
Posner tenía un hijo único, Bret Carr, que sólo recibió 676.000 libras. Carr, está ofendido por la última voluntad de su madre, e insiste en que ella debió dejarle toda la herencia a él, en lugar de a un perro. La mascota heredera tendrá su propia televisión pantalla plana, en una habitación decorada por un diseñador.