No hay dolor, sangre, ni llanto. Clavarse agujas o ganchos en el rostro, pecho o espalda, es una prueba anual de la fe de los millones de devotos del Festival Thaipusam, originado en Tamil Nadu, India.
Celebración que llega a su punto máximo cuando peregrinan hasta las cuevas Batu, en Kuala Lumpur, Malasia, para asistir a la procesión, en honor del Dios Murugan, también conocido como Velan.
Las heridas auto inflingidas son tan profundas que doctores de Inglaterra, Estados Unidos y Australia, presencian el Festival Thaipusam para explicarse cómo vencen el dolor y porqué no sangran los creyentes.
Krishna Vadyar, sacerdote en el templo Sri Mahamariaman, donde se conduce el rito, comenta que la creencia en el Dios Murugan es lo que previene el dolor y el sangrado de los peregrinos.
El festival multi racial, que también reúne a seguidores de comunidades chinas próximas, se celebra entre los meses de enero y febrero, a pesar de estar prohibido.
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