La artista de tatuaje más joven del mundo tiene tres años y en lugar de dibujar muñequitos con sus crayones, Ruby Dikinson tatúa a la gente.
La precoz niña aprendió el negocio de su padre, Blane, que tiene su propia sala de hacer tattoos en Wales, Inglaterra.
El señor Dikinson (36), importó la pistola de tinta (máquina de tatuar) desde los Estados Unidos, especialmente fabricada para ajustarse a las manos de su hija Ruby, que además tendrá su pequeño equipo para hacer tatuajes, como regalo en su cuarto cumpleaños, en el mes de octubre.
Para usar una máquina de tatuajes se necesita que el artista sea preciso y cuidadoso, porque dibuja sobre la piel, y al mismo tiempo, controla la velocidad de la herramienta, que en la mayoría de los modelos se usa con un pedal.
Habría que ver cómo reacciona Ruby Dikinson, cuando a sus clientes se le escapan gotas de sangre.