Imaginen que con sólo presionar un botón, se podría ‘apagar’ o ‘desconectar’ al cerebro de una adicción a las drogas, por ejemplo, o encender la capacidad de pensar o incluso, de mejorar la habilidad de memorizar.
Ahora imaginen que una máquina es capaz de inducir a estados místicos de la mente y crear ‘encuentros virtuales’ con la divinidad.
Esa técnica, de perfeccionar zonas específicas del cerebro con mínimos efectos colaterales, es lo que motiva a un gran número de investigaciones, en un área que se denomina el Santo Grial de la Neurofisiología.
El procedimiento ya existe desde 1985, desarrollado en la Universidad de Sheffield y perfeccionada en 1995. Es llamada TMS, Transcranial magnetic stimulation, o Estimulación magnética craneal, método no invasivo que inhibe y moldea circuitos cerebrales determinados.
La TMS es usada en pacientes depresivos, epilépticos, adictos, esquizofrénicos, personas con dolor crónico, y otras patologías.
Aparte, se ha diseñado un dispositivo del tamaño de un reproductor mp3, basado en la técnica, que en experimentos hechos con voluntarios en Ontario, Canadá, logró inducir a estados místicos, con la consecuente ‘presencia sensorial’ de Dios, si así lo predisponía el usuario.